Y para no perder la costumbre, he aquí la reseña de la
semana. Si bien en mi último review destaqué a un anime de este año que había
sido lo que yo considero, bastante bueno, siguiendo por ese mismo camino hoy
traigo una serie que apenas se ha terminado mis ganas por una segunda temporada
son tantas que duele. Oh sí, la objetividad se va a la basura por animes como
este, sobre todo para alguien que en lo personal, le encanta el mundo de la
gastronomía y que FINALMENTE ha podido ver un anime decente sobre el género culinario.
Shokugeki no Soma es un manga creado por Yuuto Tsukuda y
Saeki Shun (guion e ilustración respectivamente) el cual se publicó en la
Weekly Shonen Jump desde noviembre de 2012. El nuevo bebé de la Jump gracias a
su éxito, fue llevado por el estudio J.C Staff al anime en 2015, bajo la
dirección de Yoshimoto Yonetani (al cual sólo conozco por las películas de
Tiger & Bunny).
Sinopsis: Yukihira Souma es un
chico que sueña con ser un chef mejor que su padre. Un día, el padre de Souma
decide cerrar Yukihira, el restaurante de su padre y él, e irse a trabajar a
Europa, a los mejores restaurantes del mundo. Debido a eso, el padre de Souma le
lanza un reto: Ser el mejor estudiante de la escuela privada Tootsuki.
Aceptando el reto de su padre, se marcha a Tootsuki, pero al llegar, se entera
de que solo el 10% de los estudiantes son capaces de graduarse. Sin tener ni
una pizca de miedo, Souma se lanza a la piscina llena de tiburones que es
Tootsuki con sus dotes de cocina como arma. ¿Podrá Souma sobrevivir a la más
dura y mejor academia de cocina del mundo?
Desde tiempos inmemorables creo que la mayoría de
las personas se han planteado que para hacer una buena historia, ésta tiene que
ser complicada, con personajes intrigantes, millares de teorías y hasta
trasfondos psicológicos. Vengo a refutar esa idea diciendo, que muchas veces la
simplicidad es la verdadera clave para la elegancia.
Con esto no estoy diciendo que Shokugeki no Soma
sea una serie “elegante” ni una “obra maestra”. Pero posee un argumento creativo
que con una base sólida se va desenvolviendo, de manera algo atropellada los
primeros episodios, pero una vez que ha agarrado la marcha empieza a mostrar su
verdadero atractivo.
El punto fuerte de la serie recae directamente en
el hecho de que nunca pierde su objetivo. Nos plantean un inicio y un final y
van desde ambos puntos sin detenerse en ninguna particularidad que podría
llamarse “relleno” o innecesaria. A la historia se le suman los personajes,
algunos con los estereotipos más trillados que he visto desde hace años (la chica
“moe”, la “tsundere”, el típico protagonista shonen cuya sexualidad parece
totalmente nula o sólo enfocada en su pasión, en este caso la cocina) pero de
alguna manera, Shokugeki los convierte en mínimamente interesantes y más que
sus backstories (las que me parecen no tuvieron demasiada importancia en la
mayoría de los casos), los momentos que se viven en la serie los hacen resaltar
y de una manera que automáticamente vuelve a la serie adictiva. Pero como mencioné, a pesar de tener tantos personajes y que de alguna manera pudieron equilibrar la balanza para que cada uno tuviera sus minutos de estrellato, en algunos momentos parece que son demasiados y muchos que se habían presentado con una premisa fuerte se fueron dejando un poco fuera del margen para presentar a otro y así seguir el ciclo interminable de desarrollo
que parece de alguna manera, incompleto.
Pero en el aspecto que más
importa, que es nada más y nada menos que la comida, la serie supo explotar su
potencial con excelencia. Con sólo decir que tuve que acostumbrarme a comer
algo cada vez que veía un episodio ya que si no lo hacía la boca se me hacía
agua y me daba un hambre descomunal, Shokugeki da esos mismos efectos que los
programas culinarios llenos de foodporn (algo que nunca me hubiera esperado de una
animación), con esas descripciones tan detalladas y exactas de los platos y
aquellas reacciones orgásmicas de los personajes al probar la comida lo único
que dan son las mismas ganas de comer.
Y aprovecho, hablando de orgasmos
culinarios (y es que no hay otra forma de referirse a ellos), he leído
opiniones tanto buenas como malas sobre éstos, pero me alegra decir que
resaltando que es una serie con el género “ecchi” (que tanto desprecio), las
escenas dedicadas a esto no es que hayan sido mínimas, pero no lo suficiente
exageradas para ser una molestia. Sí, debo decir que en los primeros episodios
todavía los odiaba, pero ya no puedo decir si fue la costumbre o la manera que
los redujeron notablemente (o les agregaron más pinceladas cómicas para que la
broma sexual no chocara tanto) que desde la segunda mitad ya me había
encontrado riéndome a carcajadas por las exageraciones de los personajes
reaccionando a los platillos y rápidamente éstos se convirtieron en algo
obligatorio de Shokugeki no Soma como si de una firma personal se tratara.
Y ya finalizando, este anime se
terminó con un final abierto. Ahora, no me gusta mucho opinar sobre las series
como tal de esta manera cuando no han culminado en su totalidad, pero cuando te
hacen la maldad ya tienes que vivir con eso. El final, igual que a muchos no me
gustó, estuvo inconcluso y me dejó en la terrible espera de una nueva temporada
que quizás salga, quizás nunca y es imposible saber si una segunda le hará
tanta justicia a la primera. Sólo me conformaré entonces dándole mi nota a esta
primera parte esperándo que en un futuro no muy lejano tenga la oportunidad de
hablarles de la continuación de Shokugeki no Soma, pero en lo que ésta
respecta, es una serie que ha hecho todo menos decepcionarme por los puntos ya
expuestos.
NOTA: 8/10
Todos los que hayan leído el manga (o que al
menos hayan visto una que otra ilustración de éste como es mi caso), sabían
perfectamente que lograr un arte tan elaborado para el anime sería una misión
imposible. Sin embargo, J.C Staff supo defenderse con su trabajo, dándonos la
animación que considero le hizo el mínimo de justicia y es que de
verdad se ve bastante bien.
Tiene sus momentos que decae y los diseños de
personaje creo que no tienen ninguna particularidad que me gustaría resaltar,
¿pero en qué se llevan todo el crédito? Los platillos. La comida como ya dije
antes, siendo detallada de una manera tan cuidadosa hacía que me diera hambre,
pero claro que el factor visual también era de lo más importante para lograr
este efecto, juntos alcanzaron su cometido. Los colores son muy variados pero
no chillones, dando esa atmósfera cálida que encuentro muy agradable para la
vista y respecto a la fluidez o movimientos, en las escenas de cocina podíamos
apreciar como la calidad subía de golpe dando más de un segundo en donde la
animación brilló por sí sola.
NOTA: 8/10
“Kibo no Uta” de ULTRA TOWER y “Rising Rainbow”
de Misokkasu son buenos temas de apertura. En especial el segundo, que me daba
algo de gracia ver que tan dramático podrían convertir el concepto de una serie
culinaria. Por otro lado los endings como “Spice” de Tokyo
Karankoron y “Sacchan no Sexy Curry” son canciones más divertidas junto
con la animación de cada uno y no, ninguno ha de ser memorable pero al menos en
la parte de openings puedo decir que los disfruté bastante.
La banda sonora compuesta por Tatsuya
Kato (Free!, Mirai Nikki) es buena, pero no me parece que explotó su potencial
en los momentos que debía. Sí, hay temas bastante destacables en todo el
soundtrack, pero las escenas utilizadas para estos no diría que las opacaron,
sino que no se supieron mezclar del todo bien. Por sí solos, son temas que
disfruto mucho pero me cuesta un poco identificarlos a la hora de verlos en la
serie.
Megumi terminó siendo de mis personajes favoritos. |
Yoshitsugu Matsuoka y Risa Taneda tienen
ese tipo de voces que son reconocibles al segundo. La mayoría del cast hace un
trabajo más que aceptable, sobretodo esos dos que en lo personal me fascina
escucharlos. La única persona que creo que no pudo nunca gustarme la elección
de personaje, fue a Shizuka Ishigami con el papel de Nikumi, simplemente la voz
no me pega. Pero otros como Minami Takahashi como Megumi o Takahiro Sakurai como Isshiki no podría imaginármelos con otro actor de voz (sobre todo con el segundo, dios).
Shokugeki no Soma fue una serie que empecé a ver,
y que automáticamente dejé porque el primer capítulo me pareció terrible. Luego
de mucha insistencia de más de un amigo la continué viendo, y puedo decir con
seguridad que este anime se merece la segunda oportunidad. Es algo simple y
divertido, no nos vamos a encontrar con dudas existenciales y teorías
filosóficas aquí, pero ¿unas risas y mucha hambre? Seguro.
Como un buen shonen, creces para enamorarte de
los personajes y sin que te des cuenta ya no te quieres despegar de la pantalla
para ver el siguiente episodio. Lamentablemente no pudimos ver en qué culmina
todo esto, pero al menos con estos 24 capítulos que se me han pasado súper
rápido, puedo darle a Shokugeki mi voto de confianza y decir que hasta este punto, está en mi top de favoritos del año.
NOTA: 8/10
Termine Shokugeki hace unos días y opino igual que vos (a excepción de lo del ecchi... a mi me dio risa desde el primer capítulo). Yo espere a que terminara para maratonearlo, y se me paso rapidisimo. También a mis favoritos de este año, ojalá que tenga segunda temporada. Creo que el propósito de ese final abierto es que todos vayamos a leer el manga, cosa que haré dentro de poco.
ResponderEliminar¡Buena reseña, saludos!
¡Gracias por comentar, Ann! Jaja la verdad yo soy ese tipo de personas que le tiene fobia al ecchi, pero a Shokugeki aprendí a perdonárselo. Yo también espero la segunda temporada, pero bueno al menos tenemos el manga que ya lo he empezado (el arte es magnífico). Nos leemos.
Eliminar¡Besos!